Entre las consecuencias del síndrome de Turner, aparecen distintas
alteraciones de órganos justificadas, una vez más, por la ausencia o el
deterioro de diferentes regiones del cromosoma X. Estas alteraciones varían con
la edad y no tienen por qué darse en todas las pacientes.
-Alteraciones cardiovasculares: Son
las más relevantes, aunque pueden ser asintomáticas. Las más frecuentes afectan
a las válvulas y a la arteria aorta, y aparecen en un 30-40% de los casos. Es
necesario, por tanto, un seguimiento
exhaustivo de las pacientes por la posibilidad de que aparezca una insuficiencia
cardiaca. Derivada de éstas suele aparecer hipertensión
arterial, que se hace más frecuente conforme aumenta la edad. Puede
tratarse de hipertensión esencial o hipertensión secundaria, causada por otra
patología presente en la paciente, como la coartación aórtica.
-Alteraciones nefrourológicas:
Aparecen en un 25-40% de los casos. Las más frecuentes son el riñón en herradura y la duplicidad de
pelvis renal y uréteres. Como en el caso de las alteraciones cardiovasculares,
pueden no dar sintomatología, aunque también pueden ser causa de infecciones urinarias frecuentes e
hipertensión arterial.
-Alteraciones del oído y la audición: Es habitual que
las mujeres con este síndrome sufran otitis
media, especialmente en la infancia, que puede derivar en una pérdida de
audición. En edades algo más avanzadas puede aparecer hipoacusia neurosensorial, que podría tener un origen genético ya
que se da sobre todo en las que presentan el cariotipo 45X. A partir de los 35 años
se suele observar una pérdida auditiva muy similar a la asociada al
envejecimiento en personas sin el síndrome, aunque más temprana y acelerada.
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